Bolsa de Valores de Madrid /Foto: Jaqueline D'Hipólito |
Las notas atribuidas por las agencias de calificación en las últimas
semanas sobre España sólo acaban por reforzar la incertidumbre que tenemos
sobre lo que pasará con este país.
Entender si tales agencias están haciendo un buen trabajo, o simplemente
causando más terror en los mercados es un hecho que tiene que ser analizado.
Para esto, es necesario entender cómo funcionan tales agencias y si realmente
son fiables a tal punto de estar marcando la pauta de los mercados financieros.
El profesor de Economía de la Universidad Carlos III y P.H.D. en la LSE
(London School of Economics), Pedro Gomes, nos explica en primer lugar lo que
son las agencias de calificación. “Las agencias de calificación son una
evaluación resumida de la capacidad de una entidad para pagar su deuda en un
determinado tiempo. Tales agencias miran una amplia gama de elementos y hacen
una evaluación en forma de un código. Por encima de un ‘BBB’, la entidad se
considera que tiene una baja probabilidad de incumplimiento de su deuda (grado
de inversión), mientras que por debajo se considera que tienen un alto riesgo
de impago (grado especulativo). Hay tres principales agencias de calificación:
S&P, Moody's y Fitch, que tienen el 95% de la cuota de mercado”.
Sergi Basco / Foto: Jaqueline D'Hipólito |
Siendo más didáctico, el también profesor de Economía de la Universidad
Carlos III, Sergi Basco nos explica que “las agencias son como los profesores
que aplican exámenes. Un alumno presenta un trabajo y el profesor le pone una
nota. Y la nota es el riesgo de quiebra, que se traduce en el impago de una
empresa o un gobierno. Por ejemplo, los
gobiernos tienen bonos y las agencias le ponen una nota. Esta nota indica la
probabilidad de que dicha deuda va a ser pagada. Son las triples As, dobles As,
etc”.
Tales agencias acaban por tasar tanto los emisores privados de deuda, es
decir las empresas privadas como Bankia, Telefónica, Apple, Petrobras, como los
emisores de deuda publica, tales como Grecia, Portugal, Irlanda. En la mayor
parte de los casos las empresas o entidades pagan a las agencias para evaluar
su situación. Gomes nos explica que evaluar empresas es muy distinto de evaluar
países. “Para las empresas privadas, las agencias de calificación miran varios
elementos proporcionados por la empresa y que no están disponibles para el
público general (balances, cuentas detalladas de cada área de negocio, ventas,
I +D, etc.) Se alimentan de esta información para elaborar sus modelos de
riesgo que son capaces de estimar la probabilidad de incumplimiento para cada
empresa. En general, ya que tienen acceso a más información, la calificación
tiende a traer información sobre la calidad de una empresa en el mercado. Para
los gobiernos el proceso es distinto. Las agencias en su mayoría miran los
datos públicos disponibles, tales como: la deuda pública, déficit público, el
PIB per cápita o el crecimiento del PIB. Ya que ha habido muy pocos episodios
de quiebra total de los países clasificados, la clasificación se basa tanto en
los modelos de riesgo sumando la opinión de expertos. En cierto modo, es más
una "opinión" en lugar de una declaración estadística”.
Otro profesor de Economía de la
misma universidad, Matthias Kredler, PHD por la New York University, también
hace referencia al criterio de tales agencias. “Las agencias evalúan ciertos
criterios y los juzgan en el contexto histórico. Por ejemplo, si ningún país ha
podido evitar la bancarrota teniendo una deuda nacional de más del 300% del producto interior bruto, la agencia calificará los bonos de este país como muy
poco probables de rendir”.
Pero una cosa es cómo se evalúa una
empresa o país, y otra cosa es si en tal evaluación podemos confiar. En este
aspecto, todos los expertos del tema acaban por tener distintas perspectivas.
Gomes nos explica sobre la diferencia básica entre una evaluación hecha para
empresas que otra hecha para los países. “Para las empresas privadas, en
tiempos normales, los índices son confiables ya que se basan en modelos
estadísticos. Tenga en cuenta que esto no significa que una empresa AAA nunca
quiebra. Si la probabilidad de incumplimiento es de 0,001%, se podría observar
un promedio de un defecto en cada 100.000 AAA-empresas. Sin embargo, para las
calificaciones soberanas, el tema es nuevo y muy distinto. El principal
problema es que, como no existe un modelo estadístico detrás de ella, la
calificación no es más que una opinión, por lo que también es propensa a
"cambios de humor".
Otro problema explicado por Gomes
sobre la evaluación de las empresas son lo llamados ‘conflicto de interés’.
Dado que las empresas pagan a estas agencias por la calificación, este pago
podría ser un incentivo para atribuir calificaciones más altas. De lo
contrario, corren el riesgo de perder el
cliente.
Kreddler, por otro lado, no sólo
resalta este conflicto de intereses sino hace hincapié en algunos de los
grandes errores cometidos por tales agencias. “Como se vio en la crisis
sub-prime, cometieron errores bastante graves en la calificación de vehículos
de inversión no-estándar, como las ‘mortgage-backed securities’. Muchas
hipotecas dadas a gente con poco dinero se habían calificado efectivamente como
un riesgo muy bajo. Yo creo que hay menos evidencia de errores serios de las
agencias cuando se trata de vehículos más tradicionales, como bonos del
gobierno, bonos de compañías, etc”.
En cuanto al panorama español y su
última evaluación atribuida por tales agencias, las opiniones también acaban
por divergir. Gomes cree que “las calificaciones soberanas son principalmente
opiniones y es imposible hacer una evaluación de si un país "merece"
tal o cual calificación (en base a la información de S&P la diferencia de
probabilidad de incumplimiento entre AAA y A es sólo un 0,3%). Basado en uno de
mis estudios, lo que puedo decir es que, tomando como referencia el
comportamiento de las agencias entre 1995-2005, la clasificación española es
más o menos exacta. Otros países como Grecia, Irlanda o Portugal parecen haber
sido más penalizados, mientras que los EE.UU. y el Reino Unido se han librado
de rebajas”.
Por otro lado Kredler se ve poco escéptico
que los niveles de la deuda española
estén por de bajo de la alemana. “Juzgando por el nivel de la deuda nacional,
parece extraño que España tenga una calificación peor que Alemania (pero también
Alemania tiene un stock alto de deuda). Pero la diferencia es que España
acumula nueva deuda a un ritmo mucho más alto (el déficit es más alto), hay
poca actividad de reforma por el gobierno y las predicciones sobre el
crecimiento del PIB son peores. Por eso, creo que se puede justificar la
calificación que tiene España”. Sergi Basco también cree raro que la deuda
francesa sea mejor calificada que la deuda americana.
Sistema de Calificación de S&P, Moody’s y Fitch
Caracterización de
la deuda y del emisor
|
Rating -
Calificación
|
||||
S&P
|
Moody’s
|
Fitch
|
|||
Mejor calidad
|
AAA
|
Aaa
|
AAA
|
||
Alta calidad
|
AA+
|
Aa1
|
AA+
|
||
AA
|
Aa2
|
AA
|
|||
AA-
|
Aa3
|
AA-
|
|||
Grande capacidad de
pago
|
A+
|
A1
|
A+
|
||
A
|
A2
|
A
|
|||
A-
|
A3
|
A-
|
|||
Capacidad de pago
adecuada
|
BBB+
|
Baa1
|
BBB+
|
||
BBB
|
Baa2
|
BBB
|
|||
BBB-
|
Baa3
|
BBB-
|
|||
Probabilidades de
cumplir con sus obligaciones, la incertidumbre continua
|
BB+
|
Ba1
|
BB+
|
||
BB
|
Ba2
|
BB
|
|||
BB-
|
Ba3
|
BB-
|
|||
Elevado riesgo de
crédito
|
B+
|
B1
|
B+
|
||
B
|
B2
|
B
|
|||
B-
|
B3
|
B-
|
|||
Riesgo muy elevado
de crédito
|
CCC+
|
Caa1
|
CCC+
|
||
CCC
|
Caa2
|
CCC
|
|||
CCC-
|
Caa3
|
CCC-
|
|||
Cerca de quiebra,
con posibilidades de recuperación
|
CC
|
Ca
|
CC
|
||
C
|
|||||
Quiebra
|
SD
|
C
|
DDD
|
||
D
|
DD
|
||||
D
|
|||||
Todo esto acaba por crear dudas en la cabeza de los inversores, y a la
hora de comprar los bonos, es mucho más probable que estos se fíen más de las agencias que los propios datos aportados por los países. Hoy por hoy, tampoco podemos olvidar que
justo antes de explotar la crisis, en 2008, las agencias hicieron una calificación
muy dudosa del Lehman Brothers. Kredler nos explica el papel dudoso que
desempeñó las agencias poco antes de su quiebra. “En el caso de Lehman
Brothers, las agencias de calificación mantuvieron una calificación alta hasta
justo antes de la quiebra de la firma. Es uno de los casos relacionados con la
crisis sub-prime en el que las agencias de calificación jugaron un papel dudoso”.
Gomes, a la vez, apunta el ‘conflicto de
interés’ como principal causa de esta calificación. “Lehman Brothers tenía una
calificación alta hasta el momento de la quiebra. Se trataba claramente de un
juicio equivocado. Peor que el de Lehman Brothers, fue la calificación de
Mortgage Backed Securities. 75% de los valores respaldados por hipotecas AAA
resultó ser basura. Estos ejemplos ponen de relieve los problemas que he
mencionado antes: el hecho de que las agencias no tuvieron en cuenta el riesgo
agregado y el ‘conflicto de intereses’”.
Creer en tales agencias puede suponer un riesgo si la información no es
contrastada. Ya que los países poseen de información pública, antes de nada
sería necesario contrastar informaciones y evaluar si puede ser cierto o no lo
que dicen tales índices. Hacer de sus valoraciones hechos pueden causar solo
más incertidumbre en los mercados y por ende acabar por perjudicar países que
no tienen porque pagar la cuenta.
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